jueves, 3 de enero de 2013

El nadador.

-Soy el mejor, ¿Sabes? ¡Nadie nada como yo! Llevo haciendo la misma marca desde mil novecientos noventa y siete. Cien metros a crol libre en un minuto y trece segundos.
-Está usted tan equivocado caballero...
-¿Yo? ¡No! ¡Te lo aseguro! ¡Estoy condecorado por el record guiness! Soy el mejor nadador del mundo, nunca bajé mi marca desde los trece hasta los veintiocho años.
-¿Acaso la superó alguna vez?
-¿Perdón?
-Le perdono, pero respóndame, ¿Acaso superó su marca alguna vez?

Si la humildad, en algún instante, hubiese anidado en el corazón de aquel nadador, la incredulidad se hubiera apoderado de su rostro, pero en lugar de aquello, fue la rabia, la fiera furia la que galopaba por su piel, fue ella la que se impuso sobre todo ápice de modestia.

Tan sólo pude articular una frase antes de encontrarme con un portazo en mis narices.




-No se trata de ser siempre el mejor. Caballero, se trata de mejorar siempre.



http://www.youtube.com/watch?feature=endscreen&NR=1&v=yI0_w9aV8G0

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