miércoles, 18 de enero de 2017

Pieza con cabeza.

Encorvado, con la taza de té entre sus manos entrecruzadas se plantaba frente al balcón, con la seguridad de la minucia que significaba para el mundo la importancia de su vida, se podría decir, por así contarlo, que tenía "delirios de minucia", situándose en el cúlmen de la humildad por encontrarse de frente con la evidencia de ser una pieza cuya función se impuso sin el su permiso, por tener la ausencia vacía de saber que su círculo más cercano vive en edificios sustentados por varas de plástico, por conocer que su incansable esfuerzo dará con pocos adeptos y ni siquiera podría asegurar que no estuviera equivocado, por ser un mero catalizador de unas ideas que empujaban a los demás a tomar conciencia de su función como catalizadores, por saber que los gestos que aprendió no son suyos y que el orgullo, a sabiendas de esto, suena ridículo, por querer hacer conocer a los demás que lo único que tenemos es la sensación, con el amargo sabor de que la verdad no es reconfortante, por estar en el linde...

-¿Qué haces?
Casi inconscientemente cambió en gesto, sonrió abiertamente.
-Pienso en la banalidad de una vida basada en una existencia colectiva engañada en pos de un sistema vacío y hueco que nos integra como piezas inconscientes.
-Ajá, ¡con que es eso! ¿Y cómo lo llevas?
-Bien, supongo que tras esta conversación lo olvidaré.

Y hablaron toda la noche.

martes, 17 de enero de 2017

lunes, 16 de enero de 2017

La vida en la pradera.

Los unicornios ocultan sus cuernos y se comportan como caballos, mientras los caballos se ponen desatascadores en la cabeza.

martes, 10 de enero de 2017

Otra vez será.

Empezamos, con una escritura sencilla, de recién levantado, como si un sueño perdido se reencontrara. Pero tal epifanía se queda en las puertas.

sábado, 7 de enero de 2017

Bulocracia.

Pongamos que todo es normal, las piezas están en su sitio, la cordura está donde la dejaste, justo al lado de la mesita de noche, junto al cabecero, que todo se tiñe de la normalidad más abrumadora, que lo excitante y lo aburrido, lo extremo y lo corto, el infierno y el edén se esfuman, simplemente no existen, la montaña rusa es una autopista con límite de cien, que no existe posibilidad alguna de saltarse esa normalidad, que por ley innata inmanente a nuestra naturaleza fuera imposible sonreír más de un número limitado de horas o dejar tu trabajo, que por ley natural no hubiera posibilidad de salirse de la norma, que los días fueran la medida que abarcara lo que el promedio de los consiguientes será de aquí a la muerte, que el desorden no fuera más que una ilusión, que quien destaque lo hiciera por el matiz más sutil e insignificante.

Pues me juego mis cojones a que competiríamos en la carrera por la muestra de nuestra insignificante felicidad.

The freedom of the loneliness.

I guess Im afraid of my letters, of each word I could said, cause the words are the only thing I have, the only thing Im owner, but to be honest is not as easy as its looks, to be honest means destroy people you love, and to be alone for ever.

But what do you prefer for yourself? to be an ashole or to be a liar.

Thats why lonely asholes are the best writers, because they saw the reality and they dont have none who cares about the truth.

They dont have none who cares about the real life.

They have the freedom of the loneliness.