viernes, 22 de noviembre de 2019

Romperse.


Escuchaba una canción dedicada a la resolución desastrosa de la guerra civil, la bufanda se ataba a mi garganta que tantas palabras se callaba. Mi chaqueta cubría las grietas abiertas y la canción seguía sonando impasible y fue el canal de mi llanto. Yo, que he aguantado golpes de colosos sentía como se me aturdían los brazos, golpeaba las grietas abiertas de mi piel contra el asqueroso suelo de aquel baño. Y las manos seguían sin sentir, se sentían morir en la rigidez por acordarse de la calidez de la suavidad de las caricias, de las caricias, las caricias. 

Qué perspicacia la mía. Como si por ser astuto me fuera a escapar de las consecuencias de las cargas a las que oposito para salvarme.

Como si por alabar la pesadez, ella fuera a tener la misericordia de no aplastarme.

No hay comentarios:

Publicar un comentario