lunes, 30 de diciembre de 2013

La camisa.

Era mi camisa, la que planché impecable tras su primer uso hace ya unos siete años, era mi camisa, color vaquero con tacto suave, con botones a presión y sin hendiduras en ningún extremo, era mi camisa, ahora sucia y estropeada a la que abandoné por no querer su amalgama.

Que sí era ella, mi camisa no planchada, desaliñada como un buen cabello, ¿Qué hacía aún en mi armario? ¡Si ya ni si quiera pegaba con mi cara! ¡Si hace años que pasé de la comodidad a la elegancia vana! Mi camisa estropeada...

Quizás fue la consciencia que me azuzaba y me obligaba a pensar que la corbata que mi cuello apretaba no era más que una moda rancia que se anclaba en las hebras de una sociedad que no avanzaba.

Pero me la quité con el quite que me acariciaba, y arranqué los pantalones que apretaban y los zapatos italianos que más que sanos, deslumbraban a aquellos que languidecían por unas encías que se abrían para no decir nada, pero ya no me importaba, porque mis sanas ganas de encontrarme con lo que antaño fue daño y palabras me embelesaba.

Y me puse aquella camisa hecha de risa y de la brisa coloreada.
Y me la coloqué como quien coloca lo que no se toca y lo tocaba.
Y me desaliñé para hallar el guiño del niño que un día fui y que ya se me olvidaba.












Y escribí el relato de cuando me puse una camisa que más que camisa era mi alma, que me esperaba.





http://www.youtube.com/watch?v=o0_gZMNJnpk

martes, 17 de diciembre de 2013

Palo.

Recuerdo con la más profunda ternura la sonrisa de aquellos años, ¿Sabéis de qué hablo? ¡Sí hombre! ¡Sí mujer! El placer de caminar con la ternura sin simularla, de sonreír pícaro pero sin intención y de engarzar la picardía sin engaños, hablo de lo infante que era señoría, hablo de cuando ni si quiera hablaba y hablo de que ahora debería hablar y recordar hasta el último detalle de esa zona del recuerdo y si hay algo que merezca el podio de entre toda mi memoria, eso es el palo. "¿El palo?" Sí señoría, el palo. ¡Casi ni sabía andar y ya tenía un palo!

Era mi perfecto palo multiusos, lo usaba como intermediario entre la comida y mi boca, también para lavarme los restos sobrantes de alimento entre los dientes. ¡Y no dejaba de ser útil para un punzante picor en la espalda! También lo usé alguna vez para encajar mis ajustados zapatos, ¡O como broche de pantalón! ¡Lo usé como palo mayor de un barquito de madera! E incluso, y aunque me avergüence de sobremanera hacerlo público, en alguna ocasión me resultó útil para sacarme un moco.

Pero los días se hicieron meses y por evolución, los meses pasaron tal y como pasaron los otoños y uno y otro. Y a cada otoño recogía un palito más para mi particular colección, cada uno era distinto del anterior y no menos útil. Y siguieron pasando los otoños y más palos recogía, y más diferencias veía hasta que un otoño, recogí el último palo.

"Y si...

Y si..."


Aplané el primer palo y más fácil me resultó atrapar mi comida sin riesgo de pérdida, apuntillé el segundo palo y ¡Podía pinchar la carne mejor! El tercer palo le uní varias astillas pequeñitas en la punta y me limpié los dientes con él, pero me seguía saliendo sangre, ese invento debía mejorar... ¡Pero curvé un palo! ¡Y me sirvió como entrada a mi zapato! Otro lo lijé y sirvió sin trabas de agarre del pantalón a mi cintura. Para palo mayor de un barquito funcionaba a la perfección el palo al natural ¡Y resultó ser que para sacarse los mocos era mejor la mano!










¿Y si probamos a dejar de ser palos?



=)

domingo, 15 de diciembre de 2013

El baile.

-Agárrame la mano.

La miré a los ojos, dios… qué mirada, mis palabras sonaron convincentes, desde la profundidad de mi garganta, arrastrando la gravedad con la lengua para dejar que ella las saboreara, no se agregó una sonrisa a la propuesta, y en ese mismísimo instante, cuando ella sonrió burlona, caí cuenta de lo imbécil que era.

Ella era fuerte, inteligente y expresiva. Era encantadora y sonriente, era un muro que nadie derrumbaba pero dejaba entrar a cuantos quisieran con la premisa estipulada de que no se dejaría destrozar. Ella era lo mejor que yo había visto en muchísimo tiempo y en un alarde de ataque, le ataqué, estableciendo bajo ella el papel de víctima y adueñándome del de héroe “agárrame la mano” le dije. Seré estúpido, ella no necesitaba salvación, ella no necesitaba a nadie; por eso...

 Ella era la más difícil de las conquistas.

Había que alegar alegría en lugar de compañía, sonrisas en lugar de apoyo y un baile, no un rescate.



Fue entonces cuando terminé la frase…







Agárrame la mano, vamos a bailar.




jueves, 5 de diciembre de 2013

El Puente.

Comencemos, pero esta vez por el final, esos que acaban sin acabar, empecemos por donde hemos de empezar para culminar el desenlace solo por el placer de rematarlo y en el remate hagamos alarde sentencia y disparemos al unísono para salir heridos, para salir dañados, para salir por patas mujer. Pero sonriendo.



¿Porque quién sabe si nos volveremos a encontrar?

¿Porque quién sabe a quién nos vamos a encontrar?




Con ritmo, Para ti.

miércoles, 13 de noviembre de 2013

Todo y Nada.

Oh dios, como añoro tus cabellos, esos que languidecen en la rozadura de tu cintura, quién tuviera el placer de ser una caricia en cualquiera de los poros de tu piel, ¡Mujer! Ardo en deseos de embriagarme con una bocanada de tu aroma, me queman las ganas de agarrar tus caderas, y quedarme a un beso de distancia de tu boca, sentir el aliento que emana de tus labios que piden a gritos sin hablar que sean cerrados, y te cierro, arranco tus vestiduras mujer, los botones de tu camisa ya no son necesarios, como tampoco lo es el enganche de tu sujetador, ¿Para qué querrías salvaguardar la limpieza de tan ajustado vaquero? ¿Para qué querrías mantenerte al margen mi cielo? Tus manos, impacientes desabrochan mi cinturón, son torpes, y te ríes, más de desesperación que de diversión, te aparto, rodeo mi brazo derecho el recorrido de tu espalda, aprieto con fuerza, con la misma fuerza que te empeñas en retener ese escalofrío, quieres que todo vaya más rápido y arañas mis hombros, te empotro contra la pared y rodeas con tus piernas mi cintura sabes que ahí está la táctica secreta de tus gemidos.


Y mientras añoro todo eso,

Y aun existiendo ausencia de acto, te empeñas en preguntar, te empeñas en saber.



-¿Me amas?

-Claro, pero tranquila niña.







Que me hago una paja y se me pasa.

viernes, 8 de noviembre de 2013

Sigo.

Quise caminar porque vi el arco iris que brindaba de color el final del camino, y a mitad de camino atravesó la periferia de mi mirada un caballo ¡Y quise cabalgar! Porque me vi agarrando con fuerza unas crines como quien agarra la libertad, de modo que cuando cabalgaba divisé a mi derecha el mayor y más hermoso de los árboles que tuvo la decencia de postrarse ante mi temple y quise trepar, "templado", toqué la corteza que lo recubría y trepé avasallado por la extrañeza que me envolvía, como a él le envolvía el musgo que fue capaz de colonizar toda su piel, por valentía, y ante esa escena me pilló desprevenido el atardecer, así que trepé hasta media asta de la gran cumbre que me esforzaba por alcanzar, y respaldado por el tronco central posé mis pies en una rama y quise llorar, quise llorar por la emoción de lo maravilloso que era la pudiencia de tener algo tan hermoso que divisar, y las lágrimas se acercaron y antes de que pudieran bajar, las sorprendí, porque quise reír, aunque tuviera los ojos embaucados de brillo, y en mi cara se postró esa media sonrisa, recordándome que nada de eso era lo que yo quería.



Recordándome.



Que estaba lleno de medias tintas.




http://www.youtube.com/watch?v=2_kKFjwpwqc&list=RDvPVYj2vtX40

miércoles, 23 de octubre de 2013

Póngame.

Era jueves, y él, altivo siempre en su mirada, y sin orgullo en su profesión pasaba la bayeta sobre la humedad de la barra. ¿Qué cabe esperar de un jueves de otoño? La pregunta resonaba entre los resquicios de su mente dejando paso a una sonrisa que le hacía muescas en las comisuras de los ojos.

Era jueves, y ella, tan soñadora como de costumbre terció a tomarse un tercio entre las más desconocidas caras, era nueva en la ciudad, así que bajo el influjo del libro bajo el brazo como excusa cursó como teoría seguir el camino de la casualidad, ¿Qué cabía esperar de un bar con la barra reluciente? Se sentó en la banqueta de madera, estaba coja, pero le gustaba. Él le sonrió.

-¿Qué te pongo niña?
-¿Tenéis estrella galicia?
Su sonrisa se tornó a una suave burla.
-¿Estrella galicia? No eres de por aquí ¿Verdad?
Ella le correspondió y sus labios dieron paso a una hilera de dientes.
-Me gusta viajar -dijo ella sin apartar la vista.
-Ya veo niña, ¿Sabes? Yo tengo ascendencia gallega -él no podía parar de sonreírle y ella no podía dejar de sentirse especial, de ahí la correspondencia.
-¿Hablas en serio?
-Pues lo cierto es que no, pero es que no podía dejar que te marcharas sin tratar de arrancarte unas cuantas palabras.
volvió a sonreír y se dispuso a contestar, pero él volvió a hablar.
-Tan sólo te encubriste con una leve sombra de ojos, lo que significa o que tratas de esconder algo que te acompleja o que piensas que la belleza de tus ojos es digna de resaltarse, lo cual te convertiría en alguien con gran grado de autoconocimiento y por ende con alto grado de interés, no llevas tacones, ni si quiera alzas, lo que da a entender que prefieres optar por la naturalidad y la comodidad que por la superficialidad y la exuberancia, llevas "el hombre de los dados" bajo el brazo y eso te hace una de las chicas más interesantes que he conocido, y lo más importante sonríes cuando hablo, lo que me induce a pensar -hizo una pausa y la observó con una mueca de sospecha- ¿Que te gusta la cerveza?
-O que me gusta el camarero.
No pudieron evitar reírse y una velada se programaba para después de las doce. 


Era jueves, y él, altivo siempre en su mirada, y sin orgullo en su profesión pasaba la bayeta sobre la humedad de la barra, como el jueves anterior. ¿Qué cabe esperar de un jueves de otoño? La pregunta resonaba entre los resquicios de su mente dejando paso a una sonrisa que le hacía muescas en las comisuras de los ojos.

Era jueves y ella, tan misteriosa de costumbre, decidió cambiar de tercio y terciar un escape a otro tugurio para por una vez en mucho tiempo desconectar de las caras conocidas, portaba la influencia de la excusa como norma y con un cuaderno y un bolígrafo se dirigió a la primera taberna que encontró. Se sentó en la banqueta negra, firme, le gustaba. Él le sonrió.

-¿Qué te pongo niña?
-Una fanta de naranja.
Su sonrisa se tornó a una suave burla
-¿Una fanta de naranja? no eres de por aquí ¿Verdad?
Ella apartó la vista un momento para volver a mirarle con una sonrisa de oreja a oreja.
-Pues yo sí, ¡pero se ve que tú no tabernero!
No se pudo evitar irrumpir en una carcajada mutua.
-Bueno, he de reconocer que tengo ascendencia vikinga.
-¡Wau! ¿En serio? -Dijo ella abriendo los ojos de par en par.
-Pues no,  pero es que no podía dejar que te marcharas sin tratar de arrancarte unas cuantas palabras.
Volvió a sonreír y se dispuso a contestar, pero él volvió a hablar.
-Tan sólo te encubriste con una leve sombra de ojos, lo que significa o que tratas de esconder algo que te acompleja o que piensas que la belleza de tus ojos es digna de resaltarse, lo cual te convertiría en alguien con gran grado de autoconocimiento y por ende con alto grado de interés, no llevas tacones, ni si quiera alzas, lo que da a entender que prefieres optar por la naturalidad y la comodidad que por la superficialidad y la exuberancia, llevas un cuaderno agarrado con un bolígrafo bajo el brazo y eso te hace una de las chicas más interesantes que he conocido, y lo más importante sonríes cuando hablo, lo que me induce a pensar -hizo una pausa y la observó con una mueca de sospecha- que ¿te encanta la fanta?
-También me gusta el camarero.
No pudieron evitar reírse y una velada se programaba para después de las doce.



Era jueves y la primera cayó en la cuenta. ¿Quién no lleva sombra de ojos? ¿Quién se pone tacones a media tarde? y lo más importante ¿Quién no se busca una excusa para caminar?

Era jueves, y mientras él follaba, la primera comprendió que la especialidad se basa en lo que uno haga sentir y hacer y no en lo que le hagan sentir y hacer a uno. 

Y con una sonrisa se preguntaba. ¿Hay mutualidad posible?

lunes, 21 de octubre de 2013

El crío.

Era se una vez un niño, un niño de ojos oscuros, con esperanza y con claridad en cada uno de los matices de su mirada, con piezas de ilusiones ilusiones bordadas y con una pequeña preguntilla en la cara.

-Papá, ¿Te vienes a jugar conmigo?
-No puedo hijo mío -respondía el padre cruzando su mirada con la de su pequeño por encima de las malditas gafas que tanto repudiaban al crío-. Estoy trabajando.

"Tengo que trabajar" se repetía papá a la escucha de los pasos de Dani hacia el jardín de atrás, dejando que la frustración se abriera paso hacia los pequeños matices de su rostro, dejando que los cálculos de la empresa se bañaran con la pesadumbre de una pequeña culpabilidad.

-¡Eh papá! ¡Hoy tengo pelota! ¿Juegas conmigo?
-Hijo mío, hoy no puedo, estoy trabajando.

"Tengo que trabajar" se repetía de nuevo, alegando a su obligación, responsabilizándose de no eludir responsabilidad, guardándose su sonrisa y pagando con la sonrisa de los demás, pero ese no era el único día que debía pagar.

-¡Oye papi! ¡Hay un arbol con un cespecillo genial arriba de la colina! ¿Te vienes a corretear?
-No puedo cariño, estoy...
-Trabajando, lo se -Respondió el crío asomando media sonrisa.

"Tengo que trabajar" repitió de nuevo, sin dejar que ninguna innovación cambiara su manera de actuar, siguiendo el tecleo de las teclas que tecleaba antes de su llegada y brindando la misma atención nula a lo externo a la mesa.








Pero el crío ya llevaba cinco días sin preguntar y Papá ya no aguantaba más en aquel raído despacho. "Voy a buscar a Dani". Pero Dani no estaba en el salón, tampoco en la cocina, ni en el baño, no estaba en su cuarto como no estaba en el jardín y cuando sintió que algo le jalaba de la garganta para dejarlo sin respiración lo divisó tumbado bajo el árbol de la colina.

Era se una vez un Papá, un papá de ojos oscuros con cierta esperanza, con algo de claridad en algunos de los matices de su mirada, con ilusiones frustradas, pero ¡Oye! ¡Tenía una pequeña preguntilla en la cara!


-Eh Campeón ¿Te vienes conmigo?
-No puedo Papá-respondió el crío dejando que una gran sonrisa se abriera paso entre los pequeños matices de su rostro-. Estoy jugando.








"Tengo que soñar."


martes, 1 de octubre de 2013

Consecuente.

Me largo, has de comprenderlo vida mía. Me debo a mi vocación, al singular arte de coser y cantar en la dedicación del sentir, del volar en cada gesto que pudiera significar un ápice del significado que trato de buscar. Lo siento vida mía pero me he de largar, siento que tengas que sentir mi pérdida y que tengas que ver mi espalda alejarse y perderse entre los extraños páramos que lindan el horizonte.

Realmente me entristece tu tristeza por saber de aquello de lo que te informo. Me voy en busca de una vocación renegando del amor en el camino.


Porque por mucho que te amara, pensé más en ella que en vos.



Y ahora que no estás, no consigo concentrarme, y la vocación se desvanece por pensar sólo en vos.





Así, vida mía, he de caer en la cuenta de que soy casi tan valiente para tomar una decisión.

Como cobarde para ser consecuente y feliz con lo decidido.

lunes, 30 de septiembre de 2013

Entre críticas y Palabras.

Bienvenidos, damas y caballeros, les otorgo el beneficio del juicio, no seré yo quien pare vuestro criterio, ¡Y no! No criticaré el acto inmundo, inmune e impulsivo de criticar. Jamás me dedicaría a ser yo quién frene los pies de quien da su opinión tanto con la diestra como con la siniestra.

-Harías bien en puntualizar correctamente, ¿No quedaría, por distinción, mejor nombrar la zurda en lugar de la siniestra?

-Sí, además ¿Cómo come el comienzo aludiendo antes a las faldas que a los pantalones? ¿No sería de mejor ver nombrar antes a los hombres?

-¡Y no solo eso! ¿Cuál es la razón de no sinonimar el juicio en sustitución por sentencia? Tal cambio otorgaría a la fonética el aire de esfuerzo y dominación requerido que creo que pretendes, autor.

-No olvidéis, mis queridos camaradas, el nombramiento del calificativo de inmunidad cuando hace referencia a las palabras de quién otorga opinión. ¡El autor no podría estar más equivocado! ¡No se fija en lo importante!






Lo mágico del equívoco es que sin duda y si se quiere, puede encontrarse entre casi todas las palabras.

Ya veo cuál es su necesidad.


Hay gente que necesita escribir, encontrar entre las palabras un ápice de brisa, una caricia del arte.

Hay gente que necesita juzgar, encontrar en cada palabra un fallo.



Sin mí, caballero, usted no tendría nada de que hablar.

Pero sin usted, caballero, Yo seguiría hablando.








Así que dígame, ¿Qué es lo que realmente importa?

viernes, 13 de septiembre de 2013

Te amo.

No cabría esperar otras palabras de mis labios, te quiero.

Definitivamente te quiero.

Te quiero vida mía, sin duda alguna te quiero, te quiero tan sólo porque la presencia en la lejanía de uno de tus besos me hace distanciarme de toda ilusión con la única obsesión de acercarme a la humedad de tu boca.

Te amo querida dama, porque tan sólo hace falta una de tus miradas mientras te dedicas a escurrirte entre el tumulto para tenerme en el vilo de si volverás a mirarme de aquella manera.

Te quiero porque entre la suave brisa que supone una de tus sonrisas destaca su consecuencia, y es que con cada una de ellas Olvido cada uno de mis problemas, en lugar de afrontarlos.

Con toda seguridad te amo, porque haces de mí a un extraño sin objetivo alguno, cambiándose todo anhelo por lo que se sitúe entre tus labios; un extraño Frágil, que sólo vive si tú tienes la amabilidad de obsequiarme con mi necesisad; Un extraño Cobarde que se esconde en la belleza de tus ojos tan sólo por falta de valor.


Vida mía, definitivamente te amo,









Te amo porque me haces peor persona mi cielo.

martes, 27 de agosto de 2013

El abogado y el camarero.

Sentí cómo me miraba desde que entró por la puerta, supongo que es la soberbia del traje, o los andares no aprendidos de lo que se entiende ahora por triunfador, no se, quizás fuera la tranquilidad de tener el suficiente dinero en el bolsillo para gastar lo que deseara sin abarcar la necesidad de la más mínima preocupación.

En cualquier caso, estaba solo y decidió sentarse frente a mí, en la barra de mi bar.

-Un whisky con hielo, camarero- dijo, decidiendo apartar la mirada, como si de repente no fuera ni si quiera de importancia como para despreciarme.

-Aquí tiene, abogado -respondí.

Creo que fue la forma arenosa en la que pronuncié la última palabra la que le hizo salir un tanto de su inopia y volver a mirarme a los ojos. Pero con dos palabras no se cambia a una persona, y en su boca se abrió la más arrogante de las sonrisas.

-Dígame, camarero, ¿Qué opina usted de la desfachatez de los libros Budkowski?

-Lo siento caballero, no he tenido nunca ni dinero para comprar libros ni tiempo para leer.

Se rió con autosuficiencia.

-No te preocupes, hombre -contestó emulando amistad con ese toque irónico tan característico de quién se siente superior-. Hablemos entonces de arte. ¿Has visitado alguna vez el museo del prado? Mis padres me llevaban viernes tras viernes desde los doce años.

-Tampoco puedo ayudarle en ese tema, tiendo a intuir que mis viernes desde crío fueron muy distintos a los suyos.

-¡De algo sabrá usted camarero! Hablemos de la universidad ¡Seguro que aprendiste algo allí!

No hacía falta ser un lince a esas alturas como para saber que nunca había puesto un pie en la universidad. Quería indagar en la herida.

-Nunca he ido a la universidad, ha sido un gasto que nunca pude pagar.

Se le apagó la sonrisa poco a poco para dar forma a una mueca de superioridad, mientras daba un trago al whisky que le serví, se desajustó un poco la corbata y volvió a hablar.

-No te culpo por ser un inculto, tu lo has tenido más difícil que yo.

-Estamos en equidad entonces- respondí adoptando la sobriedad en mi sonrisa, llenando de autoridad mi rostro y logrando que el orgullo de ser quién soy se apoderara de mí.

Me miró, preguntando, rogando una explicación, no creo que hubiera ya altivez en su cara, solo desconcierto, solo duda. Concecí y me expliqué.








-No te culpo por ser un gilipollas, tú lo has tenido más fácil que yo.

sábado, 24 de agosto de 2013

La prohibición.

En la hondanada de los pasos caminando hacia el horizonte estaba yo, más borracho que el que más lo afirmaba y más afirmante que el que alegaba el no saber nada y aun así lo sabía, sabía que no era nada, que no era más que tres palabras mal encadenadas, que no es más que la soltura que se engarza entre la escultura de cuatro sílabas mal paradas, y aun así, (como dijo ella) me gustaba, aunque nadie puliera esa mirada, aunque no hubiera esas incoherencias tan exactas. Exacto, como un reloj permanezco exacto, atento a la permanencia de lo que no pretende cambiar y me quedo con el cambio. Cambiando el detalle que nos trajo hasta este punto supone tanto como el trueque por una coma.

Pero. ¿Quién querría cometer mis errores? Te lo prohíbo.

¿Quién querría enfangar mis pies hasta donde yo lo hice? No lo recomiendo.

¡Cuánto sufrí yo por mis pecados! ¿Cómo mandaría yo a pecar a otros fieles? ¡¡¡Desertor!!!



-¿Y usted? ¿Qué piensa de sus pecados?



-Tanto mis pecados como mis aciertos han sido la clave usada como condición necesaria como para que yo existiera y estuviera tal y como existo y estoy. Soy una gran persona.





¿Cómo iba a prohibir que otros siguieran mi camino?

miércoles, 7 de agosto de 2013

Preguntas.

-¿Maestro?
-¿Si?
-¿Se puede pasar?
-¿Por qué no?
Pasó e hincó sus rodillas al suelo y volvió a preguntar
-¿Habría de estar orgulloso de la vida que he llevado hasta ahora?
-¿Acaso no lo estás?
-¿Por qué habría de estarlo?
-¿Quién no lo estaría?
Se levantó, ya sabía la respuesta.

Porque lo importante de una buena pregunta no es sólo la respuesta, sino hacer que tú la respondas.


"Quien no sabe si estarlo"

viernes, 12 de julio de 2013

¿Ausencia?

Me gusta cuando lloras en mi ausencia vida mía, porque siento que valgo más que tú y que incluso eres tú quien comete la osadía de considerar que soy yo el que valgo más.

Adoro cuando la sonrisa se te apaga entre el sonido de mi caminata en la otra dirección, porque así se que te tengo atada, porque así tan sólo eres sonrisa si te acarician mis palabras.

Me encanta sentir como me atrapas en los barrotes de tus recuerdos tanto si te rodeo con mis brazos como si te rodea el júbilo del calor amigo.


Adoro verte encarcelada, sujeta por la cobardía que engrilleta el aire, ese que tan solo puedes respirar si yo lo acompaño.





Ahora, hagámonos rabiar siendo felices mi cielo.

sábado, 6 de julio de 2013

Mi tenderete.

-Tiéndame la mano compañero, ¿No ve que estoy tendido? Que mi tendencia se orienta hacia el peor de los tendederos, ¿No ve usted que tenderete tengo aquí montado? ¡Tiéndame la mano compañero! ¡¡¡Que ya me duele el costado!!! ¡¡¡¡Que ya suenan mis pasos menos que las monedas que pagan lo poquito que se vivir!!!! ¡Tiéndame la mano compañero! ¿No ve que ya suenan mis gritos en el horizonte? Tire de mi, ¡Tire con fuerza! ¡Haga que me duela más el hombro por tu ayuda que el culo por el escarpado suelo! ¡¡Sáqueme de esta agonía compañero!! ¡¡Salve mi ilusión y siéntase partícipe de tal mérito!! ¿Acaso no ve la oportunidad que le brindo?


-Tu necesitas ayuda.

-Claro que la necesito.






Así que apártate.







Y déjame dejar de necesitar.






http://www.youtube.com/watch?v=CVg8ED7aFT8

martes, 2 de julio de 2013

Debajo de los tumbos.

-Descubrámonos las caras
-¿Cómo?
-Descubrámonos las caras mujer, déjame verte tras esas mil capas de maquillaje que calzas, déjame verte sin alzas y sin pruebas, déjame sentir la ternura que existe tras tu fortaleza, déjame escucharte hablar de un cuento, déjame...
-Para hombretón, apenas le conozco, apenas hemos cruzado más de tres miradas y apenas rozamos nuestros labios, y por lo que he visto usted no es más...
-Lo se mujer, lo se, lo se.


Hasta otra entonces -dijo él entre suspiros y medias sonrisas.



-¿La volviste a ver?
-Nunca -dijo con ese manto de seriedad que le recubría las facciones desde hacía tiempo mientras apuraba el tercer Jack Daniel's con hielo en la barra de aquel tugurio-. Tenía razón.


Porque ¿Quién quiere descubrir lo que hay bajo las fisuras de la superficie del más borracho? ¿Quién se pregunta si debajo de alguno de esos tumbos existe ilusión? ¿Quién cree que el balbuceo puede llegar a esconder algo de valor? Yo te lo diré.


Nadie en su sano juicio.

 Aceptaré mi condena.

Recubriré mi soledad con los besos de aquellas para quién la locura no le suena a desquicio.









Y agarró su guitarra.


viernes, 14 de junio de 2013

Por ser, somos.

-No se, supongo que hay momentos en los que se ven las cosas más claras -dijo él, con un pequeño atisbo de sonrisa en el rostro, de esas de difícil descifre.
-¿Cómo?
-Sí, ya sabes, verdades que nadie reconocería, verdades que se mecen entre cascadas de justificaciones, como aquella mujer que prefirió verse, por cobardía, entre los brazos de su verdugo a estar sola, o como aquel hombre que reza por que alguien sentencie su relación, porque sus manos son demasiado débiles para romper esa rama, por cobardía señora, por cobardía.
-¿Y quién eres tú para juzgar eso? ¿Acaso no bailaste entre los vaivenes de los impulsos de volver a unos besos? ¿Acaso eres tú el único que se abre a la sinceridad?
-Lo soy mujer, pero no se lo digo a nadie -dijo él guiñando su ojo derecho-. Al final todo acaban siendo actuaciones y excusas por no asumir que se tiende a la cobardía, a abrazar el miedo, por eso se hizo tan popular la frase de "el amor lo puede todo", no es que el amor lo pueda todo, es que todos temen que le dejen de amar. El amor no es la fuerza más dura que forja los lazos más férreos, no señora, se tiene miedo a la soledad, a no encontrar a alguien que sea tan especial como el anterior, se tiene miedo y por eso se mantiene algo que hace daño. No somos valientes aunque lo parezcamos, somos el carcelero que mantiene en prisión al guerrero que quiere gritarle a la vida. Somos la preferencia de un beso seguro aunque no nos guste. Somos lo que somos señora, y por ocultar lo ocultamos hasta de nosotros para que nadie lo vea.








Por ser somos como este texto cielo... Sin que nadie lo lea.

martes, 4 de junio de 2013

Mi reino.

Pedí dos whiskys, era una noche especial por especialmente solitaria que pareciera. el bar estaba comenzando a llenar y el barman me miraba con extrañeza, como preguntándome "tío, ¿No ves que estás solo?" le correspondí con una sonrisa y le dí el primer trago, "wuajjj". Sabía a rebeldía, a vueltas de cabeza, a desesperación y a esperanza. apoyé los codos en la barra y dí otro largo trago, luego alargué el brazo en busca de una de esas servilletas de papel echas más para escribir en ellas que para limpiarse. Escribí algo en ella, nunca he estado muy orgulloso de mi letra, pero a esas horas aún guardaba una cursividad elegante. La guardé en el bolsillo interior de mi chaqueta y me la quité. Volví a apoyar los codos en la barra y dejé paso al siguiente trago. "Waaaauuu". Sabía a reticencia y desenfreno, a toma y daca, sabía a juego, y había que jugar. Bajo mi mirada siempre suelo guardar las atenciones, y tiendo a estar atento a quién me rodea en el bar, pero no ese día, el hielo navegaba de una manera peculiar entre los cuarenta grados en los que se disolvía y yo prefería estar más atento a eso.

-Hola -Dijo ella sentándose en la banqueta de mi lado y otorgándome la más máscarada de las sonrisas.

Fruncí el ceño.

-Hola -respondí al giro de mi cabeza y atisvé el registro de babas que había dejado tras de sí en el camino a la barra-. me alegro de verte de nuevo -dije a la par que dejaba que el Jack Daniel's entrara a través de mi media sonrisa.

-¿Puedo? -preguntó mientras ya se llevaba el otro whisky a la boca. Dubité un segundo antes de contestar.

-Claro mujer, es lo único que me vas a sacar esta noche, aprovecha princesa.

Me estaba otorgando su cotizado cuerpo, estaba haciendo una obra de caridad a un perrito abandonado. Digamos que pareciera que ella era la que se situaba en la situación más fuerte, no venía a disfrutar sino a ver que podía sacar. Venía a ver si podía comprar alguno de sus besos, venía a intercambiar gestos. Ella quería mi integridad y quería creer que yo quería su carmín en mi boca. Pero señores, si es por preferencias, prefiero tenerlo todo.

Tras su primer trago, relamió sus labios, como si hubiera algo que buscar.

-El primer trago siempre sabe a esperanza ¿verdad? -dijo ella alegremente.

-Verdad, pero ya te llevo varios de ventaja.

-¿Y a qué saben ahora? -dijo con una suavidad aterciopelada en la voz, casi envuelta en el más sedoso de los susurros y dejando que una media sonrisa se le formara en el rostro. ¿Un beso? La idea pasó fugazmente por mi mente punzando mi pecho antes de desecharla.

Tragué lo que quedaba del wisky y me acerqué a su oído pasando la mano tras su cadera.

-A despedida -dije sonriente mientras desenganchaba mi chaqueta de su silla.

En el momento en que le das la espalda a una mujer de ese calibre es un error de novato el volverse para observar su reacción, tienes que aprender a vivir con la incertidumbre, tienes que aprender a vivir con la confianza suficiente como para saber que eso no importa.

Saqué la servilleta doblando la esquina y cambié el texto...




¿Mi reino? Mi reino por un beso No lo vendo.


http://www.youtube.com/watch?v=eFkmRp_G2uo

lunes, 20 de mayo de 2013

Dos tetas.

Y claro que son importantes tus tetas mujer, no seré yo el que le reste la importancia que yo mismo le doy. Que sí chiquilla, que tus caderas me tientan hacia el vuelo más idóneo en una tarde de primavera. Dios ¡Que sí! ¡No seas pesada! que tu cuello habría de ser mi objetivo y la muestra donde se habría de comprobar su ternura con tres besos y dos dentelladas.

Pero mujer, hoy tengo tres versos que no se hacen con palabras, una sonrisa que arranca las miradas, un sombrerito en la cabeza y una guitarra en la espalda.


Ajustaremos cuentas cuando caigas en la cuenta de que viajamos hacia el hoyo y que lo importante es el viaje.


http://www.youtube.com/watch?v=m0UgyxFTFvI

domingo, 12 de mayo de 2013

Ron a secas.

Hoy no queda más que añorar un buen vaso de vino tinto con una rodajita de limón, de esas que le dan vida a un domingo que hasta entonces parecía vacío, hoy no queda más que ser el típico tópico que tanto se odia, el de la escritura frustrada y forzada, el de la canción sin acabar, el estanque de un acorde de paso que no pasa, que se mantiene con la tensión de un polvo incómodo.

Si asumo la verdad, nada es perfecto, aunque tus ojos se me antojen como tales, Si asumo la verdad, no nos reíamos tanto, aunque a mí me lo pareciera. Si asumo la verdad, pudiera ser que algo fuera monótono aunque ninguno de los dos lo notara.


Pero vida mía, hoy es domingo, el ron es más fuerte que ayer, y ante la añoranza todo se me antoja ideal.

sábado, 11 de mayo de 2013

¿Qué?

Sábado, 20 de julio de 2012

¿Sabes? Mañana todo será distinto, comenzaré a construir ilusiones a partir de deseos, el esfuerzo será la bandera que me abrigue, y la determinación el motor necesario e indispensable para dar cada paso. No caeré ¿sabéis? ¡No caeré! No existirá amenaza que me aterrorice ni muro que no pueda trepar, a partir de mañana seré más fuerte y decidido, un nuevo hombre, a partir de mañana comenzaré a cumplir cada uno de mis sueños, porque se lo merecen tanto ellos como yo. A partir de mañana... ai... que sueño, es hora de dormir.

Domingo, 21 de julio de 2012.

¿Sabes? Mañana todo será distinto, comenzaré a construir ilusiones a partir de deseos, el esfuerzo será la bandera que me abrigue, y la determinación el motor necesario e indispensable para dar cada paso. No caeré ¿sabéis? ¡No caeré! No existirá amenaza que me aterrorice ni muro que no pueda trepar, a partir de mañana seré más fuerte y decidido, un nuevo hombre, a partir de mañana comenzaré a cumplir cada uno de mis sueños, porque se lo merecen tanto ellos como yo. A partir de mañana... ai... que sueño, es hora de dormir.






jueves, 9 de mayo de 2013

¡Es cínico!

¿Recuerdas mi vida?

Recuerdas cuando escuchábamos a un cantautor, recuerdas cuando te enseñé a gritar, cuando emborrachábamos a la luna con tequila y nos guardábamos el sabor a limón en la boca para creer que quizás por casualidad, se nos pasara por la cabeza pasear por los labios ajenos y recoger una mijita de acidez.

Y hoy no se por qué recuerdo cada poro de tus caderas, finas y juguetonas, recuerdo que eran tus ojos los que hacían olvidar recuerdos que no tenían cabida en nuestra habitación, siendo mía. Y es hoy cuando recuerdo el pequeño canal que dejabas entrever pa ver si te invitaban a una cerveza, ese canal que era el camino hacia  tu maldita sonrisa y no al revés, recuerdo tu maldita sonrisa. Tan bendita como el vendaval de una brisa.



Pero se nos desafinó el amor, y ya tu no estás echa para mí ni para él, ni para ningún otro.



Despotrico la vida.


Porque al parecer yo estoy echo para todas, pero cristo, parece que ninguna está echa a mi medida.






Hoy el poeta perdió su líbido porque se quedó sin versos.

El novelista se vuelve tímido, y se le olvidaron las verdades.

Una pareja quedó sin brío, gracias al sudor del sexo.

Porque ella estaba con otro tío, y él navegaba en muy zorras punto com.







Y lo cierto señor, es que no se dejarán de añorar los dos, hasta que haya novedades.


Al fin y al cabo eso es el amorío, descastar el brío, con una nueva ilusión.







"Remplazable, ¡es cínico!"

like a supersonic.





Una sola cuerda.

Había en la escena un hombre trajeado, que lo tenía todo, un caminar erguido y orgulloso, sonido de claqué en sus pisadas, respeto intacto del que lo miraba. Pero no tenía tiempo, y las prisas le azuzaban, iba a la zaga de su próximo paso. Lo cierto es que no tengo ni idea de cual fe la idea que tuvo la decencia de cruzársele en esa mente tan estirada, en esas formas tan maquilladas. El caso es que se quedó mirando a aquel hombre. Al que no tenía nada.

Había en la escena un hombre con harapos y un sombrero, que no tenía nada, más que un caminar despreocupado, unas extendidas manos guardadas en sus bolsillos raídos lejos de las limosnas, el sonido de su deslizar de sandalias en el marcaje de las losetas, y una cuerda en su guitarra. Pero tenía todo el tiempo del mundo para dejar que lo que le azuzara no fuera más que los arañazos de una pasión que punzaba su alma, para tener claro a la zaga de qué quería ir, y se le notaba. Que sonreía hasta tras la sonata más sangrada.



Y uno tenía el respeto de todos, menos de sí mismo.







Y otro era feliz, y el respeto le daba lo mismo.













Y por sonar que suene, aunque sea una sola cuerda.

domingo, 28 de abril de 2013

¿Acaso alguien se sincera?

Es la tercera vez que veo su nombre en la pantalla de mi móvil parpadeando, vibra, como si quisiera llamar mi atención, como las dos primeras veces, "que le jodan", me digo por tercera vez, sabiendo la mentira que ergarzan mis  palabras. La negociación se abre paso sin mi permiso a través de mis negativas, de mis reticencias a sus ojos y aprieto el botón verde.

-¿Si?
-Hoy, a las doce en el bar.
-Pufff.
-Venga, ¿hay algo que perder?


Y allí estaba, con cerveza en mano y con la atención puesta en la cornisa de sus pupilas, con la ebriedad pintada en mi rostro, y con la respiración cada vez más acelerada, vi y caí en la cuenta de que no era otra cosa lo que yo quería, que traté de perderme entre mil cuerpos en pelotas y lo que quería realmente era morder sus labios desnudos, que he sufrido orgasmos de gritos en los cielos, y lo que deseaba eran dos palabras y su sonrisa. Que he sentido el amor de tres o cuatro variedades de sonrisas vacías, sabiendo que era su sonrisa la que me llenaba.


Te amo y eso es lo único que importa.


Le repetía a cada regreso.



Y una mierda. Pero tranquilidad. Yo romperé los esquemas gritando la verdad. Gritando lo que nadie se atreve a pronunciar.






"Te amo y eso es lo único que tengo."

martes, 23 de abril de 2013

Lo más importante es Lisa Hannigan.

Habría de decirte, mi cielo, que quizás debiéramos salir y sentir la brisa que nos brinda esta dulce noche de primavera, quizás habría de usar mi lengua para acariciarte con un suave juego de palabras, ya sabes, eso de tentar a la tentación. Quizás, vida mía, quizás debería llamarte, y decidir caer a tientas de ver que me das por mi arrastre, porque ya sabes lo que busco entre las aceras y el mareo, ya sabes lo que busco. Quizás debiera dar una seña, estaría genial ¿No es cierto? Ver mi nombre en la pantalla de tu teléfono asegura una sonrisa esbozada en tu boca, pero ni si quiera voy a ver un ápice de recompensa, el devenir de tus caderas no vendrá y yo cada vez soy más ateo, y por no creer ya no creo ni en tu deseo.




Quizás debiera hacer algo. Pero jódete puta. Porque es hora de dormir.




http://www.youtube.com/watch?v=tQKaXLGOFVI

domingo, 21 de abril de 2013

El recubrimiento.

Lo primero fueron los calzoncillos, de licra fina, alta sastrería y clase agarrada a mis partes. Luego fue la camisa, blanca inmaculada, sin rasguño ni impurezas, pulcra y elegante, como debiera de ser, abroché mis botones hasta el cuello y desabroché el último, había que dar imagen de desahogo, la planché con mis manos y fui directo al siguiente paso, los pantalones. Parte baja del traje de azul oscuro, con sutiles líneas que no llegaban a darle el matiz de informalidad pero sí la distinción buscada, se abrocha por encima de la camisa para que quede perfecto. Ahora toca el cinturón, de hebilla de plata, pega con la camisa blanca y destaca al contraste con la tela del pantalón, estoy perfecto. Encima de la camisa faltaba la chaqueta, había de ser idónea, y lo era, iba acorde con el cinturón, las mangas quedaban por donde habían de quedar, en conjunto era digno de denominarse por sí, "estilo", pero todavía estaba descalzo. Los zapatos han de dar la imagen perfecta, pueden representar inseguridad, egoísmo, orgullo, coraje; éstos eran italianos, de color negro acabados en rectángulo y no en punta, brillantes, con betún azul marino. Lo cierto es que estaba impecable, era el mejor.

Cuando bebía mi Jack Daniel's solo con hielo me vi frente a ella, escuchando su dulce fluir de palabras, esperando a mi ingenio, abrí la boca pero... no dije nada.








Fue entonces cuando caí en la cuenta de que yo tan solo era envoltura.

sábado, 20 de abril de 2013

Preferencia.

Cojo el papel en blanco, justo bajo el segundo cajón de mi escritorio. Tiene restos de carboncillo que se hacían ver en mi mente como la marca de un beso, "seguro que ella lo agarró sin querer", lo engancho a mi vieja máquina de escribir, ya nadie usa una de esas, quizás me hagan sentir más viejo, o simplemente puede  que me parezca una estúpida idea romántica, de las de antes, de las que merecían la pena.

-¿Por qué escribes? Vuelve a la cama anda, creo que has dejado algo a medias por aquí.

¿Por qué escribo? Vida mía, escribo para rozarte con el silbido de dos palabras, escribo para hacer en susurros lo que otros no saben hacer ni a gritos, escribo para recorrer un sinsentido de deseos sin siquiera nombrarlos.

Que por qué escribo preguntas.

Escribo porque puede que llegue el día en que tres párrafos mal escritos sobre el caos de mi escritorio sean la humedad que necesitas en una tarde de verano y que esa preferencia no se debata ni con mil orgasmos de mil poetas.




Sabiendo, cuando empezaste a leer, cómo ibas a acabar.

martes, 16 de abril de 2013

El momento de después.

Así nena, devuélveme todo lo que te dí en la conquista, imagino que sabrías en el momento en que me aceptaste entre tus piernas que el precio que habrías de pagar por mi guiño no era nulo, todos sabíamos que en el instante en que besé tu sonrisa terminaríamos donde estamos ahora, haciendo partícipe a tu boca de mis gemidos, aprieta, joder, aprieta, siente la tensión de los músculos de mis hombros agarrando la raíz de tu cabello, sonrieme desde abajo lo que te de la gana, haz que ronde mi interés, que crezca, que te tumbe y te tire, que te haga chillar y agarrar la almohada con tal de no arrancarme la piel, con la potente sensación de sentir que sentirás estar temblando justo después de que haga arquear tu columna, la misma que recorrí con besos y con muerdos de esos que dejan cardenales, cardenales que al ver su ausencia se echan de menos más que de más. Pero cállate, tan solo tienes que seguir el juego mientras dejas que la sonrisa encarcele tu boca. ¿Que quién gana? Quién más se divierta haciendo el recorrido hacia un alarido que se escuche en todo el bloque.

Así nena... joder... así... joder...






y...



¿Ahora qué?





¿Y ahora qué?

miércoles, 3 de abril de 2013

Caracol.

Cuando nací, fue lo primero que escuché, y eso me sirvió para darme identidad, algo que todo el mundo quiere, y quizás algo que la mayoría necesita.

-Eres un caracol, -me dijeron-. ¡Hagamos una carrera! El primero que llegue tras el montículo ¡Habrá ganado!

Caminé y me arrastré por aquellos páramos alejados de la mano de dios, a mi ritmo ya que yo no podía ir al mismo ritmo que los que me pasaron, y en un alarde de arrogancia, la mayoría murmuraba -Vas bien para ser quien eres, pero déjame paso, que yo soy más rápido.

"voy bien, soy quien soy y voy bien".  Me repetía.

Una tortuga me pasó de largo y me habló. "Deberías dedicarte a otra cosa, esto no es para tí"

"Quizás tenga razón" pensé, pero seguí caminando.

Un gato me miró y despreciándome bufó. "Jamás ganarás esta carrera, deberías abandonar"

"Probablemente tenga razón" pensé, pero continué mi camino.

Luego, pasó una liebre y con una voz arenosa y engarzando todo el desdén que encontró me habló claramente. "Fuera de mi camino, jamás llegarás al final de la carrera".

"Seguramente tenga razón" pensé y me aparté del camino, estaba cansado y tenía sed. Llegar al río que divisaba a mi izquierda sólo me costaría un par de horas.


Cuando iba a mitad de camino me giré hacia atrás. Todos estaban expectantes, pendientes de mi andada.

-¿Dónde vas? -Preguntó la tortuga curiosa.

"Me retiro, tengo sed y voy a beber agua" -respondí decaído.

-Yo t-te la t-traigo -tartamudeó el gato nervioso.

"No te preocupes gato, tu termina la carrera, para eso has venido" -le contesté volviendo a caminar.

-¡Espera! -chilló la liebre con pavor.

De repente vi a todos correr tras de mí, pero ya era tarde, había llegado al río. Y antes de beber agua me vi reflejado en él.

Tenía largas orejotas, nariz ligeramente alargada y ojos a ambos lados de la misma. Era una liebre. Me sonreí y los miré. Estaban pálidos.





Ahora sí que comenzaba el juego.

martes, 2 de abril de 2013

Tras la arboleda

El primer pitido me supo a esperanza. Después de casi quince minutos mirando la pantalla de mi móvil me decidí a llamarla.
El segundo tono me supo a desesperación. Es curioso como dos sensaciones tan contradictorias se pueden sentir con una diferencia de cinco segundos. 

"Estará ocupada" pensé al tercer tono. Justo antes de escuchar su voz.

-¿Si? -contestó y yo, me la imaginé sonriendo.

-Ojalá estuvieras aquí mujer, así no tendría que definirte la belleza de una luna llena semioculta tras la arboleda. Así no tendría que imaginarme que los dos, en algún lugar distante miramos hacia el mismo punto vida mía, porque así podría estar seguro de ello. Ojalá estuvieras a mi lado, para que ella nos viera, y envidiara nuestros labios gritándose para rozarse. Ojalá... ojalá... eh... espera...

....


Era una farola.

lunes, 18 de marzo de 2013

Al corazón de la letra.

-Sexo -dije en un idioma tosco y burdo que hoy desconozco mientras sonreía a la hembra de curvas prominentes e insignias brillantes. Ella accedió, lógico, yo era el más fuerte del clan.






Mariom es fantástica, algún día me casaré con ella, estoy seguro, trabajaré la tierra que trabajó mi padre y a su vez su padre para mantenerla a ella y a nuestros futuros hijos. Hoy me ha sonreído, con esa clase campesina que ni la realeza iguala.

Alindra, Ese es el nombre de tu futura esposa, se hará por el bien del reino, se igualarán bienes y vuestra descendencia dominará los terrenos de media tierra. Que así sea.

Hoy vi a María después de la cena. Fui malo, escapé de mi habitación, corrí sobre el césped en el que se asienta nuestra sociedad y ojeé tras la ranura de su puerta y ¡Oh Dios mío! su falda estaba a media altura, justo antes de retirarse de su cuerpo. No puedo vivir así, fui débil a la tentación y merezco un buen castigo.

Demonios, ¡Silvia! ¡Silvia, Silvia! Menuda mujer ¡Quién me hubiera dicho que una católica convencida como ella sería tan frágil a los placeres de la carne! ¡Quien no hubiese caído bajo su piel desnuda tras la misa del domingo a nuestros tiernos dieciséis años!

Tras diez años de espera volví a ver a Eva, quién lo hubiera dicho, seguía igual que en el instituto, y contrario de mi autoconvencimiento, no la había olvidado, estaba tan impresionante como diez años atrás, "bésala" me dije, "bésala" me chillé. Pero no lo hice, ¡Como lo iba a hacer!

Mira a Desiré, otra vez me la cruzo, sigue tan buena como en fin de semana anterior, ¿creerá que voy a arrastrarme por uno de sus besos? Esta puta no me conoce, pero yo si conozco a las de su calaña y cuanto menos cariño les muestro más ganas tienen de follarme. Y así fue.




Hablemos de amor nena, pero tengamos claro el texto y el contexto.






http://www.youtube.com/watch?v=4cv4RiduxaI

sábado, 16 de marzo de 2013

¡Pensamientos por aquí, nada de actuaciones por allá!

¡Tengo un plan, un truco de magia!

Voy a verla y cuando la vea le diré "eres increíblemente guapa, me gustas y tengo ganas de besarte, ¿tú como lo ves?" y luego sonreiré, con esa sonrisa ladina y despreocupada que me sirve de blinde, poniendo una armadura entre yo y el resto, y eso, eso resultará increíblemente atractivo y arrebatador, seguro que no se podrá resistir, y si se resiste, no tendrá importancia porque sonreiré de tal forma que no habrá cabida para cualquier ápice de incomodidad, al menos para mi, no hay forma de que eso falle, no hay nada que perder.


La veo, abro la boca, y



no digo nada.




¡Tacháaaaan! ¡Bonito truco!

viernes, 15 de marzo de 2013

Whisky.

-Camarero, pon dos whiskys.
-¿Y esa arrogancia?
-Venía con el traje nena, no busques explicaciones a una buena oferta.
-Toda oferta guarda una explicación que debe ser buscada, aunque no se encuentre.
-Ah ¿si? ¿Y qué crees que guardo tras mi oferta guapa?
-Creo que te mueres por besarme, y que ni si quiera te atreves a decirlo, no se muy bien si porque prefieres tus jueguecitos a mis labios o porque simplemente eres un cobarde de categoría, pero no te asustes "nene", porque yo esta noche sí encontraré a quién besar. ¿Sabes? -dijo acercando su boca a mi oído-. Dos whiskys y una buena compañía están de puta madre, pero si te andas por las ramas -susurró dejándome ver como vertía su vaso sobre el mío-. Corres el riesgo de encontrarte solo y con un whisky doble.

Sólo dijo cuatro palabras mientras salía por la puerta de aquel tugurio con su abrigo colgando tras su espalda.

Me voy a follar.

lunes, 11 de marzo de 2013

Vodka como desinfectante.

-Es cierto, tenías razón, el vodka es más suave cuando se bebe de tu piel nena, y yo soy más fuerte cuando las explicaciones quedan implícitas, porque la verdad, no tengo nada que explicar.

-Calla...
-Cállate.

Claro que te recuerdo, mordiendo mis sábanas, dejando nuestras lenguas como sabanas gritando por acallar su sequía. Pero a día de hoy cada vez vas más maquillada y yo cada vez estoy más vestido. A día de hoy, me desarmas y se me olvida desnudarme.

-Cállate.

Sólo quería decirte, que si sabes que tienes agallas para sacar el arma, acuérdate de que también has de tenerlas para disparar.

Ahora, Dispara de una puta vez.


¡Bang!



http://www.youtube.com/watch?v=rR1-lyOxEVE

domingo, 10 de marzo de 2013

Yo.

Joder, los pasos resuenan, a ritmo de country viejo como en un western, la polvoreda envuelve la partida, el camino y a los caminantes, que ignorantes de su sino siguen un camino emborronado.

Pero hay uno, un caminante que llama mi atención. Lleva mis botas, pero no soy yo, mi camisa, mis pantalones y mi cara, pero no soy yo, lleva mi voz, mi hebilla y la misma arma que aguarda en mi bolsillo, pero no soy yo, deja mi huella en sus pasos, pero no soy yo.

Escucha música en el viento y respira tranquilo, creo que está tan perdido como yo, y como yo sonríe y me tiende la mano. Aprieto fuerte y le correspondo.

-Creo que al final, sí vas a ser yo.



http://www.youtube.com/watch?v=orivEatc2fw

jueves, 7 de marzo de 2013

¡Atienda señora! ¡Atienda!

Ya vienen las nuevas generaciones,
Pisando fuerte y tocándome los cojones.
Ya vienen ¡Señora! ¡Vienen las nuevas generaciones!
Haciendo malabares en sus competencias, hasta el borde de ilusiones.
¡Caballero! ¡Atienda a las nuevas generaciones!

Porque son muchísimo mejor que usted, que se le olvidó lo importante y caminó a través de senderos adyacentes, que no te llevaron más que a pérdidas de aire.

Porque son muchísimo mejor que yo, que me olvidé de que lo importante es lo importante, e importa tanto, importa tantísimo lo importante, que ellos lo saben y yo tan solo intento recordarlo.


Pero algo me suena.



http://www.youtube.com/watch?v=cUoZN4cpfmM

sábado, 23 de febrero de 2013

La corona.

-Lo conseguí, y fue gracias a mi, soy el rey de estos dominios, y lo hice por mis propios méritos.
-Enhorabuena señor, es usted digno de respeto y admiración, al menos de la mía.
-Lo soy, se que lo soy, mis méritos son el valor más grande que tengo.
-Eso está a la vista señor. Son dignos de reconocimiento y yo los reconozco.
-Es por eso por lo que me largo de aquí, no quiero gobernar más.
-¿Cómo?
-Como lo oyes chaval.
-Pero usted es el rey, ese es su trono por todo lo que ha conseguido, ¡Por el amor de dios!
-Ese es el problema. Me he relajado en el trono, ¿y de qué coño valen los méritos pasados sin repercusión en el presente?








Que le follen a la puta corona.





http://www.youtube.com/watch?feature=endscreen&v=GZ-kXZsUa_w&NR=1

sábado, 12 de enero de 2013

¡Taka Tuka!

Temiendo, me paso el día temiendo, como un niño pequeño y habiendo pasado ya la veintena.

¿Saben? Hasta hace un par de años ni si quiera fui capaz de articular alguna palabra que se escapara a los dominios de los monosílabos. Me sentía inseguro y cobarde, no destacaba en ninguna cualidad cuantificable, y mis méritos se reducían a ser el recadero de mi madre. ¿Para qué iba a servir yo en este viejo mundo? No sirvo para nada. Lo sabía y estaba convencido de ello. Por eso lo sabía.

Todo ocurrió en Brasil, a mi madre le dieron la baja por depresión y, en recomendación, se tomó la libertad de viajar, sin dejar atrás a su hijo imbécil e inútil. No culpo al que me juzga. Yo no había articulado jamás una frase con una concordancia más o menos descifrable, ellos jamás podían saber lo que viajaba por mi cabeza, ¿de qué iba a servir un chico así en un mundo como éste? No aportaba nada a esa sociedad, "pobre madre" susurraban las malas lenguas al pasar. "Pobre madre" y ella se lo llegó a creer.

Como dije, todo ocurrió en brasil, en una tienda de fruta, entraron hombres armados que golpearon a mi madre, quedando abatida y sin conciencia en el suelo, pero mi destino fue distinto, "mucho peor" dirían las malas lenguas. "Su destino fue muchísimo peor" dijeron las lenguas que hablan por hablar sin saber de qué o por qué se habla, las que hablan sin saber o conocer hasta qué punto conocen de verdad un destino.

Todo estaba oscuro, sería por la capucha de mi cabeza, cuando conseguí deshacerme de las ataduras y de la tela que tapaba mi visión, estaba solo, y en medio de la selva, deambulé por bosques que no conocía, alimentándome de frutos que bien podrían haberme matado, el caso es que cuando caí inconsciente en la húmeda tierra vegetada del amazonas solo escuché una voz que gritaba a mi lado con alegría: "¡Shuar Taka Tuka!"  "jajajajaja ¡Taka Tuka! ¡Taka Tuka!.


Cuando desperté, me encontraba en un poblado indígena que habitaba la selva amazónica, me ofrecían felices su comida, me curaron y cuidaron durante días.

Shuar Taka Tuka significa hombre de brazos largos, yo era el único que podía recoger los frutos de aquel gran árbol del bosque. De repente me di cuenta de que era lo que jamás fui en mi tierra. 


Uno más.








Y de que yo sabía leer y escribir como el que mejor lo pudo hacer, y de que si no hablaba quizás fuera... Simplemente porque no me merecía la pena. Encontré mi lugar y me apené del que encontró el suyo hablando de lo que no supiese por hablar, siendo el más feliz de los infelices. Y siendo yo quien soy, cai en la cuenta, de que fui mucho más afortunado que cada uno de ellos.











Moraleja: Que los demás no entiendan tu validez jamás significará que no sirvas para nada. Quizás sean ellos los que están totalmente equivocados tanto en la concepción de su mundo como en la de tí.





domingo, 6 de enero de 2013

Algo que.

-Eres demasiado guapo para dormir solo esta noche, y cada noche en la que la premisa pretendiera tal final para tu noche.

Dijo ella, repleta de deseo, con un matiz deseable de sonrisa, que más que lujuria incitaba placer, placer de estar, de reír, de respirar y oler a salitre, tanto como tumbarse en la playa y luego salir a correr, era justo lo que quería aquella noche, y cada noche en que esa premisa pretendiera tal final para mi noche.

¿Sabéis? me sonreía como si jamás me hubiera visto, como quien comienza a conocer a alguien y le encanta, como la pasión de un pintor ante un lienzo, y ella era mi lienzo, y era allí donde quería perfilar cada sonrisa.

-Volemos a Italia -dije yo-. Donde no nos encuentren y la búsqueda que ejerzamos no sólo sean la de tus bragas en el hotel, sino también la de estatuas, paisajes y carcajadas escondidas en cada rincón de Roma. Busquemos... Encontremos...


No.... ¿Queréis saber la realidad? Nada fue verdad.

Yo... Él...

Subió a su casa borracho, dando tumbos por la callejuela en la que siempre fantaseaba con encontrar una noche poética.
Subió en aquel asqueroso ascensor que hacía el mismo nauseabundo ruido al llegar abajo como al culminar en la ultima planta. En el que se miraba al espejo, consciente de que no era así como quería estar. Consciente de que no era sólo como quería estar.
En zig-zag, ascendió por la escaleras, acariciando las paredes hasta llegar a su cuarto, donde se despojó de su abrigo, con sus manos y no con las de ella. aún vestido, guió sus pisadas hacia el cuarto de baño, agarró su cepillo de dientes y al alcanzar la pasta resbaló su muñeca y tiró al suelo los malditos potingues hidratantes del baño común, escuchando ese estruendo en lugar del susurrar de ella, en lugar de un roce con su cuello, en lugar de la caricia por la cual hubiera dado mil vidas.


Y luego, en último lugar, encendió su ordenador y comenzó a escribir, algo que no debiera, algo que no quisiera, pero algo, algo que merecía la pena.











Moraleja: Si no tienes Nada, haz algo por Dios.



http://www.youtube.com/watch?v=rwS0Juai5Bc

jueves, 3 de enero de 2013

El nadador.

-Soy el mejor, ¿Sabes? ¡Nadie nada como yo! Llevo haciendo la misma marca desde mil novecientos noventa y siete. Cien metros a crol libre en un minuto y trece segundos.
-Está usted tan equivocado caballero...
-¿Yo? ¡No! ¡Te lo aseguro! ¡Estoy condecorado por el record guiness! Soy el mejor nadador del mundo, nunca bajé mi marca desde los trece hasta los veintiocho años.
-¿Acaso la superó alguna vez?
-¿Perdón?
-Le perdono, pero respóndame, ¿Acaso superó su marca alguna vez?

Si la humildad, en algún instante, hubiese anidado en el corazón de aquel nadador, la incredulidad se hubiera apoderado de su rostro, pero en lugar de aquello, fue la rabia, la fiera furia la que galopaba por su piel, fue ella la que se impuso sobre todo ápice de modestia.

Tan sólo pude articular una frase antes de encontrarme con un portazo en mis narices.




-No se trata de ser siempre el mejor. Caballero, se trata de mejorar siempre.



http://www.youtube.com/watch?feature=endscreen&NR=1&v=yI0_w9aV8G0

miércoles, 2 de enero de 2013

Olores.

Ding-Dong.

-¡Ya están aquí!
-¿No habíamos quedado a las nueve?
-Se ha adelantado, ¡Anda! ¡Ve a abrir!

Giré el pomo de la puerta.

-¡Juana! No creas que no me alegro de verte, pero... no habíamos quedado en veinte minutos.

Ella miró su reloj, más nerviosa que despistada.

-¡Ay! Sí, lo siento, es que estaba tan emocionada, quería contaros todo desde el principio, el hotel, el recibimiento, la gente ¡Todo! ¡La luna de miel fue espectacular!
-Bueno bueno, siéntate en el salón, Silvia está en la cocina terminando de preparar la cena ¿Un vinito?
-¡Sí! Tráete el rosado, me gustó como olía.


-Pues cariño, tenéis que ir a Tanzania, es espectacular, la playa, la montaña ¡E incluso tiene bosque! El hotel era fantástico, tenía vistas al mar, me encantó.
-¿Y las gentes de allí? ¿Cómo eran?
-Pues los chicos del hotel fueron muy amables, pero había un camarero negro, bueno, ya sabes, de color, que olía un poco fuerte, pero por lo demás son gente maravillosa.
-Pero es natural, su olor corporal es más fuerte de lo normal, ¡Ay! se me olvidaba, ¿has traído la colonia?





-No, otra vez se me ha gastado.