Me gusta cuando lloras en mi ausencia vida mía, porque siento que valgo más que tú y que incluso eres tú quien comete la osadía de considerar que soy yo el que valgo más.
Adoro cuando la sonrisa se te apaga entre el sonido de mi caminata en la otra dirección, porque así se que te tengo atada, porque así tan sólo eres sonrisa si te acarician mis palabras.
Me encanta sentir como me atrapas en los barrotes de tus recuerdos tanto si te rodeo con mis brazos como si te rodea el júbilo del calor amigo.
Adoro verte encarcelada, sujeta por la cobardía que engrilleta el aire, ese que tan solo puedes respirar si yo lo acompaño.
Ahora, hagámonos rabiar siendo felices mi cielo.
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