Quise caminar porque vi el arco iris que brindaba de color el final del camino, y a mitad de camino atravesó la periferia de mi mirada un caballo ¡Y quise cabalgar! Porque me vi agarrando con fuerza unas crines como quien agarra la libertad, de modo que cuando cabalgaba divisé a mi derecha el mayor y más hermoso de los árboles que tuvo la decencia de postrarse ante mi temple y quise trepar, "templado", toqué la corteza que lo recubría y trepé avasallado por la extrañeza que me envolvía, como a él le envolvía el musgo que fue capaz de colonizar toda su piel, por valentía, y ante esa escena me pilló desprevenido el atardecer, así que trepé hasta media asta de la gran cumbre que me esforzaba por alcanzar, y respaldado por el tronco central posé mis pies en una rama y quise llorar, quise llorar por la emoción de lo maravilloso que era la pudiencia de tener algo tan hermoso que divisar, y las lágrimas se acercaron y antes de que pudieran bajar, las sorprendí, porque quise reír, aunque tuviera los ojos embaucados de brillo, y en mi cara se postró esa media sonrisa, recordándome que nada de eso era lo que yo quería.
Recordándome.
Que estaba lleno de medias tintas.
http://www.youtube.com/watch?v=2_kKFjwpwqc&list=RDvPVYj2vtX40
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