El horror vacui es la sensación de vacío de corte existencial. Fue el
miedo que sentí cuando, de crío, pensaba en la infinidad del cosmos. Cuando me
vi como la mota más insignificante de la inmensidad. La sensación es auténtico
vértigo. Como si el pensamiento de insignificancia te acercara al límite que
separa vida y abismo. Pero el horror
vacui se va ocultando, va desapareciendo entre la sistematicidad humana,
termina siendo una idea infantil que se muere por falta de pragmatismo. Una
niñería sin utilidad.
¿De qué sirve acercarse
a un abismo tan enorme? Preguntaba la sociedad horrorizada al saber de su
existencia. Y se apartan para olvidar el sentimiento de horror por creer que,
olvidada la sensación que produce un abismo tal, tal abismo se allana.
¿De qué sirve acercarse
a un abismo tan enorme?
De nada, respondería
yo.
Como la mayoría de
cosas importantes de la vida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario