Y buscando cual buzo entre el rincón de tu sobaco, que no axila, me encontré, me encontré a mí mismo escapándome al quedarme cerca, el amor genera problemas, precisamente por evitarlos.
Es por eso que el amor no es para quien pretende gestar, para quien el fracaso le sabe dulce por preceder a la heroica sensación de recuperar la verticalidad para seguir avanzando.
El amor, supuse, no es para quien es hijo de las tretas, de la negación del asceta, el amor es para el poeta, que usa esa receta para sentirse peor.
El amor no es para el cojo cabreado que se empeña en darle patadas a sus muletas.
Aunque sepa que con muletas se anda mejor.
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