Una página en blanco no es tan sugerente como un teclado.
Algo inspirado, algo inspirado.
Es innegable que algún recuerdo me viene a la mente, algún deseo impertinente empeñado en catalogarme de egoísta supremo, de ególatra con su propio baremo, es por eso que el cajón de los deseos del pasado lo cierro con la fuerza que me hace avanzar.
Porque el pasado tiene su función donde está, siendo una mera ilusión la acción de traerlo al presente, somos páginas sobre las que nos escribimos, una historia en continuo nudo, y nosotros elegimos si ser un bulo, una mentira con patas, un sufrimiento constante, pero aun no tengo los pies por delante.
Lo que digo no es nada nuevo, porto la filosofía de una red social con originalidad nula de una cúpula que se niega a verse desnuda, pero que a veces... dice la verdad.
La inspiración se entrena, me dije respirando, como si el acto acometiera una estocada contra mi cobardía. "Ególatra egoísta" me digo sin conocer que significa alguna de esas palabruchas.
Aquí hay una opción de ganar y es cambiando el modo, saberse grande sin ego, quererse sin armas, amar sin miedo, acordándose de lo que el fracaso nos enseñó.
Que sí, que un día moriremos, pero el resto de días no.
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