miércoles, 23 de abril de 2014

Desconexión por gritos.

Fue entonces cuando desconecté, os lo explicaré.

Fue como un contacto en mi cabeza, un clic que retumba, dos axones que se entrecruzan para darte el beneficio y la bendición de abrir los ojos, y de repente todo se presentó claro, diáfano, transparente como el cristal que me permite apreciar el preciado cuerpo de la vecina cuando se ducha. Fue entonces cuando lo vi sin precintos, sin vendas que vetaran lo que antes fue penumbra, fue entonces cuando me di cuenta de mi perspectiva y de lo que la misma alumbra.



Soy yo,


Estoy aquí.


Y estoy vivo.



Y si bien no existe hombre que se precie si no tiene por qué luchar.


El precio del hombre que camina sin batallas que librar es nulo.


Y no hubo bulo que me impidiera respirar profundo al pensar...



"¿Me escuchais? no habéis acabado conmigo"











https://www.youtube.com/watch?v=Sgpvh5CWtz4

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