viernes, 14 de marzo de 2014

Salto.

“Las ganas ya no son lo que eran” pensó mientras engullía la liquidez del yogur frente a la primera serie que encontró en la televisión. Estaba decidido a no salir, incluso después de la expectativa presentada y de aquel mensaje que le empujó hacia los exteriores de un sueño que aún no había empezado a desarrollarse.
¿Qué ganaba? Mas que la seguridad de que acabaría con cervezas de más, con el anhelo anclado en la mirada de más de una dama, y quizás con algún piropo metido entre los labios de alguna descarada.
¿Qué perdía? A sabiendas de que pudiera ser que nada funcionara.


Y aunque su honra guardara, ni si quiera se podía dar por sentado, como por sentado dio lo que se le presentó de manera más clara.




La dignidad estaba sobrevalorada.

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