¿Quién construyó una
vida sobre este cuerpo asmático? ¿Quién se empeñó en otorgarle coraje? ¿Quién
tuvo la gallardía de agarrar su enclenquidad con firmeza y, como quien la
olvida, erigir deseos? ¿Quién pareció adolecer de la más hiriente ceguera e
hizo pasión sobre la debilidad de esa vida desnuda?
Ese soy yo, sí señor,
aquel que careció de alternativa.
Aquel que se ocupa de
que mi nuda vida se olvide de su debilidad.
Y así, dándose por
muerta, olvidándose de su existencia, dejándose en mis manos, vive la vida
desnuda arropada por mi piel.
No hay comentarios:
Publicar un comentario