domingo, 16 de diciembre de 2012

Hoy hablemos de lo bello


Pero hoy hablemos de lo bello.

Es bello pasear solo mientras sientes caer las hojas que por humildad dejan paso al invierno, es bello rozar la lluvia con los dedos aunque no sea mucha, y sentir la calidez del sol, aunque haga frío. Es bello pensar que es domingo y que estoy sólo. Pero, mi cielo, soy tan infeliz acariciando lo bello. Cielo mío, era tan infeliz en nuestro sufrimiento.

 Y aun así, todo me sabe a ti.

lunes, 10 de diciembre de 2012

¿Cuál es tu excusa?

¿A quién se le ocurre pasear por estas abarrotadas calles un día como hoy? Pensé un día como hoy mientras paseaba entre muchedumbre que golpeaba, aplastaba y andaba, dubitando, como preocupada.

Hay quienes parecían sonreír mientras agarraban bolsas de compras recién hechas, o quienes caminaban muy deprisa, como si estuviese nervioso por una cita. Y no solo él era el que se movía como si estuviese citado, todos emulaban a la perfección el papel del que conoce hacia donde se dirige, pero no por qué lo hace.

El caso es que mientras sonreía distraído por sentir el viento en la cara, por no necesitar más motivo para pasear que el simple placer de hacerlo, y por gustarme el paisaje que deja un domingo en el preludio del atardecer, choqué con una señora, de sonrisa efímera y carácter duro, sus bolsas se cayeron al suelo y le ayudé a recogerlas.

Con la brusquedad de quien no le gusta una situación y posee la necesidad de culpar a alguien por cualquier acto esa mujer me miró sin titubear, y habló, despegando arenosamente sus labios, sonrientes antes de chocar.

-Bueno jovencito, y tú ¿qué edad tienes?

-No lo sé -respondí sonriente a la par que le entregaba las bolsas.

Su rostro, que antes reflejaba enfado y enojo, ahora despuntaba incredulidad.

Pero las emociones no son permanentes, y su incrédula sensación pasó a mostrar miedo. Estaba asustada.

Cuando miré a mi alrededor, toda la calle callaba y como si de un espejo se tratara, retrataron la emoción que mostró la señora.

¿Cómo no puede saber su edad? se leía en sus caras ¿Cómo puede ser tan despreocupado? retumbaba su mente.

Y precisamente esa fue la sensación que terminé provocando en ellos, "preocupación".


Quizás ellos tuvieran razón, era extraño que alguien desconociese la edad que tenía.


Quizás yo tuviera razón, era extraño preocuparse por algo que no te incumbe.






Es extraño preocuparse, no no hacerlo.


Es extraño no sonreír, no hacerlo.


Es extraño buscar una excusa para hacer, en lugar de hacer por placer.

lunes, 26 de noviembre de 2012

¿Me deja soñar? Gracias.

El paso anterior precede al que acabo de dar que precederá al siguiente, sabemos el pesimismo final que nos aguarda paciente, pero él no sabe de nuestro paradero.

Pienso, pienso mientras camino, quizás el factor de mi organismo que da rienda suelta a la imaginación esté estrictamente ligado a la capacidad psicomotriz de mis piernas.

-¡Pero oiga! ¿Qué hace usted caminando por el bordillo y no por la acera? ¿¿Por qué extiende los brazos?? ¿¿¿Por qué simula ser equilibrista en mitad de la urbe??? ¡¡¡Es usted un hombre muy raro!!! ¡¡¡¡Me reiré de usted, pero usted no lo sabrá!!!!

Me sonrío, porque yo sonreiré, pero no será ni por su causa ni a causa de usted, porque algo que usted ignora es que ríe por ignorar de qué río yo, y si juzga estupidez y estulticia por una sonrisa sin motivo y se ríe de los que no lo hacen de usted... es usted la persona más infeliz y dependiente que jamás he tenido la oportunidad de desconocer.




Porque mientras yo busco mi licencia para soñar, usted se empeña en carecer de ella.


=)






http://www.youtube.com/watch?v=_AkxFgWCOe0






viernes, 16 de noviembre de 2012

La manzana

Un domingo hace cuarenta años estuve en el parque, me gusta leer a Paulo Coelo mientras miro por el rabillo del ojo como las nuevas generaciones se divierten con los mismos columpios que me divertí yo en la ternura de mi niñez.

Ana, la protagonista, estaba de viaje con Pablo, acababan de entrar a una ermita por la fuerza por deseo de ella y con el impulso de él.

-¿Por qué has hecho es...


Frente a mí, en el otro banquito, había un señor, tuve que fijarme en él, tenía barba espesa y sonrisa agradable, en cada muesca de la comisura de sus ojos escondía una historia, era la cara de la sabiduría, de quién ha tenido la paciencia de aprender de cada error que comete.

-¡Abu abu! ¡Mira lo que hago!

¡Qué infancia la de esa pequeñaja! ¡Qué suerte la suya de poder aprender de alguien tan intrigante!

-¡Anda! ¡Pequeña Patricia, hazlo de nuevo mientras tu abuelo se toma una manzana!

-¡Vale! ¡Pero luego me harás el "upa upa"!

-jajajajajajaja ¡Claro pequeñaja! ¡Como cada domingo!


Ese señor introdujo ambas manos en el bolsillo de su abrigo de pescador y sacó una manzana con la mano derecha y del bolsillo izquierdo sacó... ¿¡Un cuchillo!?

¿Iba a usar cuchillo para comerse la manzana?

¡Qué estrambótico! Siempre pensé que era mucho mejor comérsela a mordiscos, que fortalecía las encías y la fibra de la piel...

¡Qué demonios! ¡aquel hombre cortaba las porciones de manzana con sumo cuidado! ¡Con una maestría digna de un chef! ¡No podía ser que lo hiciera sin ningún motivo! ¡Seguro que era mejor comerse la manzana a porciones! ¡Él había descubierto el secreto de las manzanas!

A partir de ese momento lo decidí jamás volvería a comerme una manzana sin cortarla a porciones.

¡Hoy tengo setenta años y puedo afirmar sin miedo a equivocarme que tomé la opción correcta, jamás me supieron mejor las manzanas!





-jajajajajajaja ¡Claro pequeñaja! ¡Como cada domingo!

Le dije a mi nieta Patricia, era tan guapa como su madre, pero no más que su abuela, su pelo rojizo era idéntico al de su abuela, como la añoraba.

Saqué la manzana que llevo cada domingo, y el cuchillo para cortarla. cómo me recordaba a su pelo...

Hubiera deseado volver a tener mandíbula para arrancarle la carne a mordiscos, como antaño, como a ella, como entonces.














Moraleja: Quizás deberíamos imitar menos y pensar y sentir más.

viernes, 2 de noviembre de 2012

El millonario.

Hoy me gustaría contarles algo que me pasó hace unos años, Paseaba por las calles de Madrid con mil euros en el bolsillo, algo bastante cotidiano en mi día a día, jamás tuve problemas de dinero y es algo de lo que me enorgullezco, hay quienes dirían abiertamente que esa afirmación es pretenciosa y estúpida, pero no escucho ese tipo de acusaciones, son demasiado vulgares para mis oídos. Soy millonario por la gracia del destino y de la familia que me precede y antecede.

Creo que fue a media altura del retiro cuando me encontré al tipo con la sonrisa más grande que jamás fui capaz de ver hasta ese día, andaba diciendo que tenía una idea, era un soñador y me hizo gracia su actitud, por ello, tuve la gallardía de acercarme a aquel hombre con la intención de comprarle su idea, a ver de qué servía.

¡Era genial! No pude aguantar la tentación de volver a la semana siguiente, seguía diciendo que tenía otra idea, ¡y se la compré!

Dios, no vi jamás mayor creatividad que la de aquel joven, que vida, que fuerza, ¡Qué intensidad!

Volví cada semana a comprar sus ideas y a él jamás se le acabaron.






Hoy estoy bajo el puente que cruza el manzanares bebiendo vino del barato.









Porque cuando se me gastó el dinero.



Ya no tuve más ideas.








Moraleja: el dinero está a merced de la originalidad y no al contrario, que no nos hagan perder la cabeza.

sábado, 20 de octubre de 2012

La Víctima

Me dejó solo, sin compañía, con la absurda y devastadora sensación de haber perdido el tiempo durante años, bajó mi concepción de la amistad hasta límites preocupantemente ínfimos. Imagino que ya imagináis lo que ocurrió, me traicionó, peor que judas, al menos él recibió sus treinta piezas de plata. ¿Pero que recibió él por dejarme sólo cuando más lo necesitaba? ¿Qué mérito se condecoró en su pecho por abandonar al mayor de sus camaradas en la peor de las encarnizadas batallas?

Porque ¿Quién es más culpable?¿El que abandona la amistad por una causa injusta o el que la abandona por falta de actuación?

El abandono por una razón ausente de ética es mucho mejor que el abandono por una razón ausente de razones. Si te dejas llevar, tu no dirijes tu vida, la dirij....

"riiiiinnnnnnnggg" "riiiiinnnnnnggg"

-¿Qué pasa Pepe?
-¡Ei Jack! Hacía tiempo que no hablábamos, vamos a tomarnos una birra y nos ponemos al día.
-No.











Moraleja: es fácil ver la víctima, si la víctima eres tú.

miércoles, 10 de octubre de 2012

Como en las Películas

¿Sabeis? fue como en las películas, ella estaba al final de la barra, sostenía una cerveza y su mano, siempre grácil, acariciaba la humedad condensada en el cristal que retenía su cruzcampo, sus labios reían las gracias de su acompañante, con fuerza, con la garra con la que se BB King toca blues, con las ganas de follarse al viento. Dí dos codazos a Pedro y se lo dije con la voz más clara que te permite tu vocalización con tres cervezas de más.

-¿Ves a esa chica? la del fondo, la de la intensidad en la mirada y en las manos; la de los huracanes en la risa, ¿la ves?
-¿Esa belleza del fondo? ¡Claro que la veo!
-Bien, pues atiende, un día me casaré con ella.

Pedro se rió y yo me terminé de un trago el tequila para dirigirme a su mesa, y jugué y jugué, jugué hasta que me quedé sin cartas, hasta que no hubo ases en la baraja, ni reyes, ni reinas, solo nosotros juntos, en un vaivén de quereres, como pisar la arena de la playa o correr hacia el mar sintiendo el agua golpeándote con toda la fuerza del universo, como querer entre los cielos.




¿Sabes? fue como en las películas, ella salía del bar de la mano de un imbécil que ni si quiera creo que la llegara a merecer, que conoció aquella misma noche, y que había engañado a su dulce corazón de niña buena, paseaba ágil entre la muchedumbre de la puerta, el contorneo de sus caderas apartaba las bocanadas de aire que soltaban las bocas abiertas a su espalda, siempre recta, la misma que tantas veces soñé con recorrer, la misma que tantas veces deseé ver arqueada de placer. Recuerdo ese olor, la primera vez que paseó a mi lado, olía a armonía, como una canción de Andy Mckee tocada a piano, olía a hogar e incluso a aventura. Di un trago a mi cerveza y agarré a Antonio por el brazo.

-¿Quién es esa? -dije señalándola con la mirada.
-Ufff, ni idea compañero, pero bien sabe dios que me encantaría saberlo.

Terminé mi cerveza de un golpe y lo volví a mirar.

-La volveré a ver, y ella será la madre de mis hijos.

Y la ví, ¡Claro que la ví! era el destino, ella lucía escote y aroma a seducción, abrió su mirada y me anestesió con cada movimiento, caí en las redes que dulcemente tejió sin quererlo. Hablaba de todo y de nada, y yo escuchaba todo lo que ella me quisiera contar, el silbido de cada palabra, el movimiento de la comisura de sus labios a cada sílaba, el resquicio de sonrisa que se dibujaba con sutileza y personalidad. Era increíble, y su incredibilidad se convirtió en mi vida, día tras día y a cada día, más días quería estar.





¿Sabes? fue como en las películas, él se acercó a mi mesa, a la tercera palabra ya sabía donde íbamos a acabar la noche, me hizo retorcerme de placer, chillar, susurrar, y arañar su espalda. Al día siguiente supe que me acabaría follando a ese chico tan tímido que tuvo el valor de cruzar dos palabras conmigo y pasarse la noche escuchando mis expectativas. ¡Era tan mono!








Moraleja: hay mujeres que prefieren las películas porno.










jueves, 27 de septiembre de 2012

...Mi desgracia...

Semana trescientos cuarenta y dos. día: Martes.

La casa no está más limpia que ayer, y la ilusión está estancada como haría poco más de seis años, la tapia de las ventanas no me deja ver la luz y lo cierto es que yo tampoco hago mucho por verla, hace diez meses que dejé de intentarlo, convivo con la compañía de una suciedad abrumadora, junto con cajas vacías de comida pre cocinada, que hace ya tiempo que dejé de recoger; ¿ sabéis? Todo hombre tiene el descaro de culpar de su desgracia a una mujer, a esa que a sus ojos deslumbra a cualquiera. Y yo no podía ser menos, afirmaré con la soberbia que ello supone que fue todo culpa de ella, se largó, o la dejé ir, no lo recuerdo con claridad, ¿Por qué se fue? lo cierto es que me quedé solo, recordando cada una de sus caricias, el olor de su pelo y el tacto de sus vertiginosas curvas, ella y yo vivíamos aquí, pero antes estaba impecable, en la encimera solamente se localizaba la mantequilla que descuidaba de dejar cada mañana, me gustaba ver como ella se mosqueaba al medio día cuando veía que la mantequilla estaba derretida, a ella no le gustaba, tomaba las tostadas con aceite, pero odiaba el desperdicio. Las bombillas del baño que ahora están rotas, un día no lo estuvieron, ella las cambiaba cuando se fundían; una vez le hablé de la conspiración de las grandes empresas al fabricar productos no muy resistentes para mantener a flote la absurda economía capitalista; ella solo se reía, apagaba la tele y hacíamos el amor contra el sofá. Pero ahora no está, me abandonó, o la dejé escapar y aún hoy, seis años después, me sigo lamentando, la sigo añorando sin saber por qué se fue, y me sigo encerrando aquí sin más contacto humano que el robot que trae la comida que pido por internet. En "comidaporinternet.com" han abierto una nueva opción, "menú sorpresa" se titula, me han traído espinacas, alguna vez escuché hablar de ellas, mi abuelo decía que eran buenas, que las tomaba un tal Popeye amigo de la infancia suyo, a mí no me apetecían, las he tirado por el bater, el único que funciona, el otro lo destrocé al año de su partida, no hay espejos y si los hubiera no querría mirarme. Con respecto al mundo exterior, no recuerdo de forma diáfana su aspecto, me gustaba el césped a veces, y la lluvia en otoño, también recuerdo... "sonido de timbre, ding-dong" debe ser la comida. Hace tiempo que evito ilusionarme al pensar que pudiera ser ella quien llama.

-Sus pizzzzazzzazzzaz... zzazzzaaaaccc

¡El robot ha empezado a chisporrotear! ¡Mierda! ¡Se dirige a la ventana tapiada!

-¡¡¡¡NOOOOOOOOO!!!!

Pude ver como aquel infernal aparato me destrozaba la oscuridad que con tanto pudor fabriqué día tras día, añoranza tras añoranza, lágrima tras lágrima. Cuando ese robot destrozó la madera que tapiaba la luz me pude ver reflejado en el cristal, estaba escuálido, con barba frondosa y cabello largo y desaliñado, lleno de suciedad, oliendo a mierda, sí, en el espejo me vi oliendo a mierda. Me acerqué hipnotizado a la ventana, parecía que hacía frío. Y en el césped que rodeaba nuestra inmensa casa había escrita una única frase repetida mil veces.

"Me he olvidado las llaves, ¿me abres?"



http://www.youtube.com/watch?v=sKSvB7bhjNM






























Moraleja: a veces nos gusta tanto la desgracia que nos empeñamos en provocárnosla.










lunes, 24 de septiembre de 2012

El Baile del Jazmín

Las cuerdas sonaban a las espaldas, las mismas que cargaban bondades y culpabilidades, deseos que no sé ni quiero contar, besos que ni si quiera fui capaz de dar, arañazos que solo se marcan cuando me pica la piel, y moratones que me faltan, que añoro, tanto como tantas caricias rozando la vía de escape. Saco la mano por la ventanilla y me despido de todo eso, pero ahora el viento sabe menos a libertad, y más a necesidad.

Necesidad, esa que asfixia, que ahoga, que golpea el estómago y te deja sin respiración.

Si la locura no es más que el pensamiento irracional e impulsivo de atrapar lo que se te escapa de los dedos. Los locos son la cúspide de una pirámide de la vida en su máximo exponente.

Pero ¿quién es tan sincero consigo mismo?
¿Quién tiene la gallardía de poner en peligro una estabilidad que ya rompiste y que ahora se ha conseguido construir?

Solo sé que no se nada dijo el Socrático.

Y en la nada me encuentro, bailando con estrellas, sembrando vientos, y por suerte, oliendo Jazmín.

Pero a pesar de todo, de los clichés, de las contras y de los pros, si quieres mi cielo, solo si quieres, y siempre que quieras, bailamos.

http://www.youtube.com/watch?v=UPhKZVJbuqQ