lunes, 24 de septiembre de 2012

El Baile del Jazmín

Las cuerdas sonaban a las espaldas, las mismas que cargaban bondades y culpabilidades, deseos que no sé ni quiero contar, besos que ni si quiera fui capaz de dar, arañazos que solo se marcan cuando me pica la piel, y moratones que me faltan, que añoro, tanto como tantas caricias rozando la vía de escape. Saco la mano por la ventanilla y me despido de todo eso, pero ahora el viento sabe menos a libertad, y más a necesidad.

Necesidad, esa que asfixia, que ahoga, que golpea el estómago y te deja sin respiración.

Si la locura no es más que el pensamiento irracional e impulsivo de atrapar lo que se te escapa de los dedos. Los locos son la cúspide de una pirámide de la vida en su máximo exponente.

Pero ¿quién es tan sincero consigo mismo?
¿Quién tiene la gallardía de poner en peligro una estabilidad que ya rompiste y que ahora se ha conseguido construir?

Solo sé que no se nada dijo el Socrático.

Y en la nada me encuentro, bailando con estrellas, sembrando vientos, y por suerte, oliendo Jazmín.

Pero a pesar de todo, de los clichés, de las contras y de los pros, si quieres mi cielo, solo si quieres, y siempre que quieras, bailamos.

http://www.youtube.com/watch?v=UPhKZVJbuqQ

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