domingo, 26 de abril de 2020

De dentro a fuera


En los retazos de mi cerebro había un crío que sabía cómo mirar. Un crío que conocía los secretos de estar completo y que, de momento, se comenzó a llenar de carencias, a conocer la ciencia de avergonzarse, de callarse lo que sin esfuerzo conocía, a ser menos mirada que influencia. Comenzó a cantarse las cuarenta y, con él, cuarenta más le coreaban, se mermó en una marmita cocida a fuego lento y él, que era puro cimiento, se creyó incapaz. Creyó lo que quiera que fuera que se decía que era veraz y se tapó los argumentos. Ocultó sus adentros, escuchó por vergüenza y, casi sin querer, aprendió a mirar con los ojos de otro.

Y ahora el crío me mira con esa mirada primera, sabiendo dejar de ser cualquiera.

Y yo lo miro a él y pienso “eh, yo a ese crío sí lo conozco”

No hay comentarios:

Publicar un comentario