lunes, 13 de enero de 2020

Los trozos de los cielos.


Se caen en pedazos los cielos.

Los amores rotos se recogen de los suelos. Pero están rotos y afilados. Son cristales que abrazamos sin recelo llorando desgarrados y, en nuestro desgarro, los agarramos. Como si fueran trozos del cielo que se nos cae, como queriendo rehacer el gozo para no olvidarnos de como sabe.

Sabemos del tacto del querer, del pacto que sin querer firmamos.

Que yo no soy un santo, te dije cuando nos besamos. Pero tengo un corazón bonito.

Sabemos del tacto del querer y del pacto que sin querer firmamos todos.

Que nada es seguro, que el abandono es entendible.

Que nacemos solos y todos somos sustituibles.

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