martes, 9 de julio de 2019

Circular.

Había un círculo encerrado en sí mismo que giraba y se vanagloriaba de sí. "¡Mira cómo circulo!" se decía haciendo de su círculo una algarabía de colores pero con la misma forma. Había un círculo que se cerró sin saber si uno se estorba. Y se vanagloria, pero se encorva tras el vitoreo, y prueba el ir a la contra, pero se encierra en el mismo rodeo pareciendo diferente. Y se cree un referente porque la corriente va al revés. Y parece un referente para la corriente que lo ve. Y la corriente quiere ser un referente y sigue lo diferente y entonces lo que era diferente lo deja de ser. Así que el círculo no sabe ya qué hacer, ya no se vitorea porque sabe que no hay camino bueno, que las corrientes son veneno vayas en la dirección que vayas. El círculo se quedó quieto entonces, y ahí está, como un punto brillante de bronce en medio de la oscuridad.

Un punto que es punto y punto, y que respira profundamente y que se siente.

Aunque no sepa donde va.

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