lunes, 19 de abril de 2021

La voz tomada

 

Cuando atiné a hablar me di cuenta que tenía la voz tomada y pensé que era la expresión más bonita que jamás había escuchado: la voz tomada.

Cuando uno tiene la voz tomada no la ha perdido, no se ha quedado sin voz, por el contrario esta está tomada. Tomada, como si uno la hubiese perdido contra voluntad. Un algo aparentemente ajeno había conseguido a robar algo tan mío como la voz. Entonces caí en la cuenta de que somos constantemente susceptibles de ser atravesados por sensaciones que, en su paso, toman de nosotros lo que consideran que les pertenece.

Yo, por mi parte, dejaba todo a su vista.

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