Vamos acabar todos
viejos y arrugados.
La pretensión y la evidencia toman la misma forma en la
palabra y yo hago hincapié en la evidencia cuya pretensión quiere ir a la
contra. Cremas antiarrugas nos chivan lo lícito de la belleza, que la juventud
no ha de ser una etapa, sino la eternidad a la que hemos de aspirar, que los
que vean la evidencia se pongan una cremallera en la boca.
Que no tenemos por qué
acabar viejos y arrugados, nos dicen, pero todos tenemos padres.
Que el mundo es de los
jóvenes, los demás están añadidos a él y si tu deseo es no sobrar, más te vale
alargarte la juventud. Mucho, hasta convertirte en lo colindante a una
caricatura. Hasta convertirte en Peter Pan. Hasta avergonzarte de tus arrugas.
Queremos asir con
fuerza la niebla y nos venden su asidero en subasta.
Esclavos del deseo de
incumplir con lo inevitable, vertemos nuestra vejez en la añoranza.
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