“Amor es todo, eso es lo
que escuché, pero mi corazón aprendió a matar”, dice cierto cantante sueco en
inglés.
Veo como mi amor se escapa
entre los dedos de ella y, en la distancia, me siento a ver cómo se derrama
agarrándome fuerte a la ansiedad. Ya no sé si es la enfermedad o su apatía, mi falta
de valía o de maldad. No sé si es la carencia de pasión lo que me destroza, o el
asunto de la contradicción que se reitera tras cada episodio de desapego. ¿Seré
yo el estorbo de su ego? ¿La comodidad de la parte mullida de la litera? ¿El hastío
de no ser lo nuevo? ¿Su cuento conocido de cabecera?
Me siento el incordio al que la complicidad le pasó de largo,
el hueco en el que
acomodarse de madrugá,
garantía de hacerme cargo
de que la falta de ternura
es algo que no conviene reclamar.
https://www.youtube.com/watch?v=rvWstzEUTfU&ab_channel=SecretlyJag